Crystal Castles ¿Lo bueno si breve dos veces bueno?
El dúo de electrónica experimental Crystal Castles
ha pasado hoy por la capital tras su concierto en Barakaldo marcado,
según he leído en las crónicas que tal por un espectáculo de luces y
sonido. Recalco lo de luces y sonido porque durante todo el show fue lo
único que conseguía diferenciar... que si una luz rosa, que si ahora
cambiamos a verde mezclado con flashes... y así durante la hora que ha
durado el concierto. Sí, una hora. Cuando encendieron las luces pensaba
que estaban tomando un 'break' ante tanto chute de energía, pero estaba
equivocada; se había terminado y a mí me habían dejado con la miel en
los labios.
Eso sí, durante el concierto Alice Glass e Ethan Kath
se dedicaron a dar lo máximo de ellos con sus grandes éxitos, para mí
eso fue de lo mejor del concierto: la energía y las ganas con las que el
dúo presentaba sus canciones. En torno a una quincena de temas sonaron
esa noche en la capital, en un espectáculo sin más palabras que las
cantadas por la carismática Alice Glass, un torbellino que pasa casi
tanto tiempo dando brincos como simulando una atroz agonía de rodillas
sobre el entarimado y un repertorio variado en el que se alternaban
piezas nuevas como "Wrath of God" con otras extraídas de sus discos
anteriores, el homónimo "Crystal Castles" (2008) y "II" (2010) cuyos
cortes fueron de los más aplaudidos.
Quizás la única canción que me atrevería a destacar fue Not In Love,
el tema que cantan junto a Robert Smith, vocalista de The Cure... con
esta canción consiguieron el cielo. El público entregó toda su energía
para saltar y cantar como si no hubiera un mañana. Recuerdo que durante
este tema me costaba conseguir escuchar claramente a Alice Glass, ya
que, aquellos que estaban a mi alrededor cantaban tan alto y fuerte que
no podía escuchar nada más.
Al
fondo del escenario llamaba la atención el decorado, sin duda un fuerte
contraste con lo que estábamos viviendo en esos momentos en La Riviera
de Madrid: La imagen del último World Press Photo que ilustra su último
disco. Tomada por el español Samuel Aranda, muestra una mujer ataviada
con un burka que sostiene a su hijo afectado por gases lacrimógenos tras
participar en una manifestación en Yemen contra la dictadura.
¿Lo
bueno si breve dos veces bueno? Pues en mi opinión, y por ello como
dato totalmente subjetivo, no necesariamente. Si mis cálculos no me
fallan, los teloneros estuvieron en el escenario más tiempo que los
propios Crystal Castles y eso, para mí, es un poco
deprimente. No sé como se sentirán aquellas personas que gastaron 25
euros para ver un espectáculo en el que ni siquiera se veía al dúo por
la cantidad de luces que había pero yo lo consideraría como un timo.
Puede que este punto de vista que doy aquí no sea el mismo que el de los
fans de Crystal Castles, pero he visto concierto
gratuitos que han durado 2 horas y media y la calidad supera con creces a
lo visto en La Riviera. No quiero decir con ello que tiempo sobre el
escenario sea igual a calidad, pero en este caso la proporción de ambas
cosas en mi opinión no era la adecuada.
Lo siento, Crystal Castles, por muy buen concierto que hayáis hecho con solo una hora a mí no me conquistáis.
Fotografías: Kedin.es
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