jueves, 22 de septiembre de 2011

El primer concierto de Agnes Obel

Son las 22:45 de la noche del miércoles 21 de Septiembre y el público se concentra en torno al Teatro Lara de Madrid para ver un concierto de pequeño tamaño de una artista danesa muy poco conocida en nuestro país pero muy reconocida en el suyo, ha ganado dos premios de la música en Dinamarca. Nos referimos a Agnes Obel, una cantante que podría recordarnos por su estilo recatado y vintage a Lourdes Hernández de Russian Red pero ni mucho menos hace canciones como las suyas. Las canciones de Obel son de otra masa.

Empieza el concierto y para nuestro asombro aparece un chico de pelo tazon y coge una guitarra, todos comenzamos a pensar que se trataba del bajo del grupo y que nos iba a deleitar con unos acordes, pero cuando el músico en cuestión se dedica 30 minutos a cantar como un loco nos damos cuenta de que es un cantante que quiere darse a conocer entre el público.

Tras este parón que no fue muy aplaudido por los asistentes el concierto de Agnes Obel comenzó a las 23:30. La vocalista vino acompañada de otras dos chicas, una violonchelista y una arpista. Lo curioso de las tres es que iban perfectamente conjuntadas entre ellas y con el escenario, todo de negro. La danesa fue desgranando uno a uno los temas de Philharmonics. Canciones como Riverside, Louretta o On Powdered Ground se sucedían en un perfecto guión, en el que sólo algunos fallos técnicos, que provocaron las primeras palabras de Agnes, rompieron lo previsto.

Se sucedieron varios fallos tecnicos, como la falta de micrófono para la arpista, la correcta afinación de los instrumentos e incluso un fallo de voz que tuvo la vocalista debido al tono agudo de sus canciones pero no por ello provocó el descontento, ya que, Obel supo llevar esos fallos como algo gracioso y aprovechaba para contar sus historias.

Finalmente, con los bises la cantante se despidió del público celebrando que era su primer concierto en Madrid y con la esperanza de volver a tocar en un sitio tan impresionante. Por todo esto...¡Gracias Agnes!