domingo, 11 de diciembre de 2011

Vetusta morla da un recital en su tercer concierto en la Riviera

¿Quién es capaz de conseguir que al menos un 90% de los asistentes ayer en La Riviera olvidara durante dos horas el clásico R.Madrid-Barcelona?

Pues lo consiguieron los componentes del grupo Vetusta Morla, los que dieron un recital de dos horas en el que sonaron muchas de las canciones de sus dos discos de estudio "Un día en el mundo" y "Mapas".   
Antes de que empezara el espectáculo de los madrileños, sus teloneros "Eladio y los seres queridos" dieron un concierto que a los que no los conocíamos nos sorprendió mucho por su voz, sus canciones y por el llamativo "tricornio" del vocalista.

A las 21:30 comenzó el concierto con una banda sonora tan famosa que hasta aquellos que no conocíamos la película a la que pertenece conseguimos reconocerla: la mítica "El padrino", vale, sí, tengo que ver esa película, algún día llegará el día que la vea. A partir de ahí comenzaron por la primera canción de su segundo disco, la titulada "Los días raros" con la que el público se entregó desde la primera estrofa con la empieza mediante un "Ábrelo, despacio..." a partir de esto se dio paso a lo que fue un ejercicio musical tan solvente como abrumador.

Con profesionalidad y entusiasmo, dos cualidades que no suelen ir de la mano, los de Tres Cantos fueron desgranando algunos de sus temas más nuevos (“Boca en la tierra”, “Cenas ajenas”) junto a algunos de su primer larga duración, Un día en el mundo. Todas las canciones se corearon como si fuera la última vez que iban a ser tocadas en directo, pero se sigue notando una especial predilección, sobre todo de una servidora, por clásicos como “Copenhague” o “Valiente”.


A partir de aquí el público se entregó al 200% con canciones como "En el río" o "Saharabbey Road" la cual parece más una canción de una fiesta pagana que de un grupo de indie alternativo como este.

A destacar, de forma personal, momentos como en la canción "El hombre del saco" en la que Pucho y los suyos sacaron unas baquetas y se pusieron a tocar al ritmo de la música convirtiendo la canción en todo un espectáculo, ya que, todos intentábamos de forma imaginaria tocar al mismo compás. Los intentos fallidos de intentar que el público fueran dos coros distintos pero que con el entusiasmo del concierto hacíamos que todos cantáramos todo. Con todos los asistentes satisfechos y dispuestos a seguir coreando canción tras canción, el bis fue de lo más ecuánime. Un tema fuera de sus dos Lp como “Iglús sin primavera”, dos del último (“Mi suerte” y “Lo que te hace grande”), y un cierre espectacular, como acostumbran, con “Sálvese quien pueda” y “La cuadratura del círculo”.
Para finalizar, mi opinión personal creo que quedará demasiado subjetiva pero podría calificar este concierto como uno de los mejores que he visto. Sé que el concierto de mi vida será aquel que consiga dejarme afónica, en este no ocurrió, pero, conseguir que me desinhibiera de tal forma por canciones tan lentas como Copenhague o Baldosas Amarillas hacen que este concierto se coloque en mi "Top 10" de los mejores conciertos que he visto igualado por el de "Love of Lesbian", ambos en el primer puesto.







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