domingo, 3 de julio de 2011
40 años sin Morrison
Tal día como hoy hace 40 años murió uno de las voces más importantes del panorama musical en los años setenta, Jim Morrison.
Morrison era concretamente el vocalista del grupo rock psicodélico, The Doors. El grupo era una banda que comenzó su carrera profesional con su primer disco en los años 60. Fue con el sencillo Light My Fire, escrito íntegramente por Robbie Krieger, que la banda se mantuvo varias semanas a la cabeza de popularidad en la revista Billboard, durante el famoso verano del amor de 1967.
Su mayor influencia, como cantante y en cuanto al medio escénico, fue Elvis Presley, a quien no conoció ni vio en concierto pero de quien conocía prácticamente todo su repertorio.
Su mayor obstáculo para unirse al grupo fue que sufría pánico escénico. En los primeros conciertos incluso cantaba dando la espalda al público. Tanto problema le daba su miedo escénico que le provocó adicción a las drogas las cuales daban lugar a su actitud provocadora en escena, perturbando el orden público, hizo que sus conciertos fueran prohibidos en varias ciudades de los Estados Unidos. El 1 de marzo de 1969, fue llevado a juicio a raíz de una actuación en la que algunos asistentes afirmaron que enseñó su pene y simuló una masturbación, entre otras cosas.
En 1971, ante el riesgo de ser condenado a prisión, decidió abandonar la música y radicarse en París, donde se dedicaría por completo a su mayor inclinación: la poesía.
El 3 de julio de 1971 Jim Morrison fue encontrado muerto en la bañera de su piso del Barrio del Marais en París, Francia, donde vivía junto a su pareja y amante, Pamela Courson. No hubo autopsia, pero se declaró que murió por un paro cardíaco, según su acta de defunción.
Ray Manzarek, teclista de The Doors, declaró:
"Si existe un tipo capaz de escenificar su propia muerte -creando un certificado de muerte ridículo y pagando a un doctor francés- , poner un saco de ciento cincuenta libras dentro del ataúd y desaparecer a alguna parte de este planeta -África, quién sabe- ese tipo es Jim Morrison. Él sí sería capaz de llevar todo esto a buen puerto".
Tras la muerte de Morrison hasta hoy, el cantante se ha convertido en una leyenda en el mundo de la música. Hoy en día miles de personas siguen comprando sus discos día a día y hasta el cementerio de Pere-Lachaise en París, Francia se han reunido un centenar de fans con camisetas del cantante.
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