La banda no hizo esperar a sus seguidores, ya que, a las diez de la noche comenzaba su show con una de sus canciones más conocidas "1999" título que da el mismo nombre a su último disco. A partir de ahí el grupo nos deleitó con un repaso de toda su discografía con canciones como "Maniobras de escapismo", "Incendios de nieve", "Me amo", "Domingo astronómico", "Universos infinitos" y las dos canciones más aclamadas, "Miau" y "Club de fans de John Boy".
El entorno en el que se dio el espectáculo fue incomparable, ya que, desde las butacas podían verse iluminados el Palacio Real y la cúpula de San Francisco el grande. Además, debido al lleno absoluto (o a la época de crisis) muchas personas decidieron escuchar el concierto desde fuera, lo que quiere decir, sentarse placidamente junto a un árbol con una litrona de cerveza y poder "solo" oír el recital.
En el concierto el público era de lo más heterogéneo desde los modernos "gafapasta", las típicas pijas de Madrid, hasta señores mayores que bailaban frenéticamente como si estuvieran en un guateque.
Por motivos relacionados con el tipo de festival en el que se enmarcaba el concierto, la duración del mismo fue exactamente de dos horas, cosa que, si bien supo a poco a algunos, resultó, en cambio, positivo para aquellos que al día siguiente tenían que trabajar, que eran muchos.
El concierto finalizo, por tanto, sin bises, pero con desnudo integral de uno de los componentes y con el frontman, Santi Balmes, y uno de los guitarristas desaparecidos entre el público.
En definitiva, un concierto de los que se quedan en la retina, y en algún otro órgano más interno, durante mucho tiempo. Todo un lujo.