jueves, 28 de julio de 2011

El "miércoles astronómico" de Love of Lesbian en Madrid



El pasado miércoles 27 de julio más de 2.200 personas se congregaron en el escenario "Puerta del Ángel", situado en plena Casa de Campo de Madrid, para escuchar uno de los concierto más esperados en la capital, el del grupo barcelonés "Love of lesbian".

La banda no hizo esperar a sus seguidores, ya que, a las diez de la noche comenzaba su show con una de sus canciones más conocidas "1999" título que da el mismo nombre a su último disco. A partir de ahí el grupo nos deleitó con un repaso de toda su discografía con canciones como "Maniobras de escapismo", "Incendios de nieve", "Me amo", "Domingo astronómico", "Universos infinitos" y las dos canciones más aclamadas, "Miau" y "Club de fans de John Boy".

El entorno en el que se dio el espectáculo fue incomparable, ya que, desde las butacas podían verse iluminados el Palacio Real y la cúpula de San Francisco el grande. Además, debido al lleno absoluto (o a la época de crisis) muchas personas decidieron escuchar el concierto desde fuera, lo que quiere decir, sentarse placidamente junto a un árbol con una litrona de cerveza y poder "solo" oír el recital.

En el concierto el público era de lo más heterogéneo desde los modernos "gafapasta", las típicas pijas de Madrid, hasta señores mayores que bailaban frenéticamente como si estuvieran en un guateque.

Por motivos relacionados con el tipo de festival en el que se enmarcaba el concierto, la duración del mismo fue exactamente de dos horas, cosa que, si bien supo a poco a algunos, resultó, en cambio, positivo para aquellos que al día siguiente tenían que trabajar, que eran muchos.

El concierto finalizo, por tanto, sin bises, pero con desnudo integral de uno de los componentes y con el frontman, Santi Balmes, y uno de los guitarristas desaparecidos entre el público.

En definitiva, un concierto de los que se quedan en la retina, y en algún otro órgano más interno, durante mucho tiempo. Todo un lujo.


domingo, 3 de julio de 2011

40 años sin Morrison





Tal día como hoy hace 40 años murió uno de las voces más importantes del panorama musical en los años setenta, Jim Morrison.

Morrison era concretamente el vocalista del grupo rock psicodélico, The Doors. El grupo era una banda que comenzó su carrera profesional con su primer disco en los años 60. Fue con el sencillo Light My Fire, escrito íntegramente por Robbie Krieger, que la banda se mantuvo varias semanas a la cabeza de popularidad en la revista Billboard, durante el famoso verano del amor de 1967.

Su mayor influencia, como cantante y en cuanto al medio escénico, fue Elvis Presley, a quien no conoció ni vio en concierto pero de quien conocía prácticamente todo su repertorio.


Su mayor obstáculo para unirse al grupo fue que sufría pánico escénico. En los primeros conciertos incluso cantaba dando la espalda al público. Tanto problema le daba su miedo escénico que le provocó adicción a las drogas las cuales daban lugar a su actitud provocadora en escena, perturbando el orden público, hizo que sus conciertos fueran prohibidos en varias ciudades de los Estados Unidos. El 1 de marzo de 1969, fue llevado a juicio a raíz de una actuación en la que algunos asistentes afirmaron que enseñó su pene y simuló una masturbación, entre otras cosas.

En 1971, ante el riesgo de ser condenado a prisión, decidió abandonar la música y radicarse en París, donde se dedicaría por completo a su mayor inclinación: la poesía.

El 3 de julio de 1971 Jim Morrison fue encontrado muerto en la bañera de su piso del Barrio del Marais en París, Francia, donde vivía junto a su pareja y amante, Pamela Courson. No hubo autopsia, pero se declaró que murió por un paro cardíaco, según su acta de defunción.

Ray Manzarek, teclista de The Doors, declaró:
"Si existe un tipo capaz de escenificar su propia muerte -creando un certificado de muerte ridículo y pagando a un doctor francés- , poner un saco de ciento cincuenta libras dentro del ataúd y desaparecer a alguna parte de este planeta -África, quién sabe- ese tipo es Jim Morrison. Él sí sería capaz de llevar todo esto a buen puerto".

Tras la muerte de Morrison hasta hoy, el cantante se ha convertido en una leyenda en el mundo de la música. Hoy en día miles de personas siguen comprando sus discos día a día y hasta el cementerio de Pere-Lachaise en París, Francia se han reunido un centenar de fans con camisetas del cantante.